23 jul 2008

INÚTILMENTE UNA VEZ MÁS....


14 heridos en la xiqueñada


Catorce heridos, tres de ellos de gravedad, fue el saldo registrado durante la tradicional xiqueñada.No llegó el número de visitantes que se esperaba pero aun así, el alcalde Rogelio Soto Suárez estimó el número de quienes asistieron en poco más de 20 mil.A las 9 de la mañana la vecina población estaba convertida en una fiesta. Había niños, jóvenes y adultos ansiosos de ver a los toros y a los espontáneos que se atreverían a torearlos.Muchos de ellos tenían en sus manos un volante que la organización México Antitaurino se encargó de repartir desde muy temprana hora,El mencionado volante hacía alusión al maltrato hacia los toros y se pronunciaba en contra de las corridas de toros.


Muchos leyeron ese volante, muchos intercambiaron ideas acerca del contenido en pro de la defensa de los animales, pero todos se quedaron a la gran fiesta taurina.Las gradas dispuestas para el gran acontecimiento en Xico se fueron llenando poco a poco. El precio por sentarse en un espacio en ellas espantó este año a muchos ya que iban desde los 80 y 100 pesos hasta los 170 pesos cuando el año pasado su precio oscilaba entre los 40 y 60 pesos."Ya sabe usted, ésa es la ganancia del pueblo en esta fiesta", dijo uno de los residentes a un turista, quien le respondió: "de seguir así, ustedes mismos ahuyentarán poco a poco a los que vengan".Y mientras daban las 12, hora en que es tradicional que se suelten los toros sobre la calle Hidalgo, muchos pagaron sus lugares y buscaron un lugar para desayunar.


En el palacio municipal la prensa tenía su lugar dispuesto: todo un graderío para los medios de comunicación, sin embargo cuando éstos llegaron ya estaba ocupado por decenas de personas. Después se supo que Julián González Suárez, regidor segundo, fue quien no respetó el lugar asignado a los medios de comunicación y que fue él quien llenó el graderío con todo tipo de personas.Cerca de las 11:20 horas, el síndico Tomás Suárez llegó al lugar para verificar que hubiera sitios para los funcionarios municipales, pero al ver todo lleno marcó desde un celular o radio al alcalde Rogelio Soto Suárez, al cual le dijo: "Alcalde, el lugar está hasta la madre de periodistas que debían estar en otro lado, pero me dicen que fue Julián quien no hizo lo que tenía que hacer...", decía mientras se alejaba.A medida que la calle Miguel Hidalgo se llenaba, los vendedores ambulantes hicieron su agosto: sombrillas de a 15 pesos a 60, gorras de 20 a 70, refrescos de 8 a 12, etcétera."Son 12 toros los que vamos a soltar. El que menos pesa es de 460 kilos y los otros entre 490, 500 y 520 kilos.


Son animales a los que hay que respetar", dijo uno de los peones de la ganadería. Y mientras eso decía los toros golpeaban una y otra vez las cajas en donde estaban encerrados, al tiempo que muchos curiosos se acercaban a ellas para conocerlos de cerca sin correr peligro alguno.A las 12 del día, el último de tres cohetes tronó en el cielo de Xico y los 12 toros fueron soltados. A todo trote buscaron inmediatamente cornear a alguno de los espontáneos, aunque inmediatamente se vio que los astados no eran tan bravos como los del año anterior.A pesar de ello, a las 12:20 aproximadamente, la primera corneada fue la de un reportero del periódico Imagen de Veracruz. Un error de movimiento ocasionó que el animal levantara al reportero por los aires y en el suelo lo corneara una y otra vez hasta que varios espontáneos lograron quitárselo de encima.


La escena fue impresionante, pues el comunicador fue retirado del lugar con el rostro cubierto en sangre.La xiqueñada tuvo pocas acciones de emoción, aun así Jorge Arturo Virués González, director de Protección Civil Municipal, informó que al término de la fiesta hubo 14 heridos, tres de los cuales fueron de gravedad.A las 12:40 aproximadamente, cerca del templo dedicado a María Magdalena, se escuchó la gritería de todos y es que uno de los 12 toros dio alcance a un hombre y casi pierde los pantalones ante el empuje del toro. Miles de personas vieron que el trasero del hombre quedó expuesto al aire al salir corriendo y ganarle el paso al animal.En la misma zona los toros dieron alcance a otros dos hombres. Uno de los astados le provocó exposición de vísceras a uno y otro más fracturó las costillas de otro. Todo con la respectiva gritería del respetable y el aplauso para los integrantes de los cuerpos de auxilio que en todo momento llegaron a tiempo y con riesgo de ser corneados por los astados.


Unos minutos antes de que todos los toros hubieran sido metidos a sus cajas nuevamente, uno de ellos arremetió en contra de un joven. Lo alcanzó al filo de una de las barreras y ahí lo derribó y lo zarandeó hasta que quiso. De milagro el espontáneo se levantó por sí mismo con las ropas desgarradas y blanco del susto.Como todos los años, en la xiqueñada no faltaron las suertes en el floreo, los toreros con capote y mucho valor, los que corrían desbocados a la vista del toro y no tanta emoción como otras veces.Para algunos, incluso lo mejor fue una "bailarina" que entretuvo de lo lindo a los asistentes antes de que soltaran a los toros.Al terminar la xiqueñada, el saldo fue blanco. La gente salió feliz del espectáculo y comentando los sucesos del día.
PERÚANTITAURINO


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