19 sept 2008

UNA TRISTE HISTORIA QUE PUDO SER AÚN MÁS TRISTE

El triste adiós a ´Decidido´, el toro amigo de los niños
Por Ángel Martínez
El legendario toro Decidido de la ganadería betxinense. La Palmera será sacrificado en los próximos días para evitarle las miserias de la vejez que le aqueja y que "apenas le permite caminar, tras 19 años de semental", según comenta el ganadero Pascual Alcalá. "Al principio, el animal me odiaba porque le pegué siendo un becerro, pero ahora me duele matarlo porque le tengo cariño".

Decidido se hizo muy popular en toda España por su carácter afable con los hijos del ganadero, que lo acariciaban e incluso se subían a su lomo con el consentimiento del astado. Una actitud que contrastaba con la que tenía para con sus iguales, a quienes no permitía de ningún modo pisar su terreno.

Esa peculiaridad en un animal bravo de más de 500 kilos le convertía en un toro muy especial, que recibía centenares de visitas de niños y mayores.

De ahí que el ganadero se planteara el reto de exhibir al astado y sacrificarlo si no era bravo o indultarlo y usarlo de semental en caso contrario.

Expectación

La expectación con el amigo de los niños fue tal que, incluso, llegaron al ayuntamiento más de 500 cartas de toda España pidiendo clemencia para un toro con tan nobles sentimientos.

El día de su exhibición, un sábado festivo de 1996, miles de personas se dieron cita en la plaza de Betxí para ver al mítico animal convertido en una leyenda de la historia de los bous al carrer. El resultado fue "decepcionante" para el ganadero porque el morlaco no embistió y se quedó inmóvil en el centro de la plaza, mientras una de sus hijas, María Jesús, con lágrimas en los ojos, se abrazó al toro para evitarle cualquier tipo de humillación.

La primera reacción de Pascual Alcalá fue sacrificar al astado que le había dejado en evidencia ante las televisiones de España, Reino Unido, Francia, Marruecos y Miami, que se desplazaron a cubrir el evento. Pero la oposición de sus hijos y la sospecha de que el toro había sido drogado le hizo desistir de acabar con la vida del animal y lo reservó como semental. Una decisión de la que no se arrepiente, por cuanto la peculiar res le ha dado más de 120 hijos bravos que le han reportado numerosos premios en festejos patronales de toda la provincia.

Ahora, el toro apenas puede caminar aquejado de invalidez, ciego del ojo izquierdo y delgado como un espectro, una imagen que no refleja lo que fue una década atrás. Aun así Luci, una de las hijas del ganadero, sigue preguntándole dónde le pica y él mueve la cabeza hacia su lomo reclamando las caricias de su buena amiga.

Tanto la joven como sus hermanos Pascual, Fani y María Jesús recuerdan como "los mejores días de su infancia", los momentos vividos junto a Decidido, a quien cuidaban y mimaban como a un miembro más de la familia. Aun así, no se oponen a su indoloro sacrificio, "para no verlo sufrir".
Fuente: El Periódico Mediterraneo
PERÚANTITAURINO
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